La velocidad de los días, el peso del tiempo

31 01 2012

Y, de repente, la vida era demasiado corta como para dejar pasar los días. Como para gastar los días pensando en qué hacer.
Eso era solo un comienzo. Pero la vida era corta. No podía permanecer más tiempo parada. Más tiempo inmovilizada. Pensando. Pensando por dónde caminar.
Los planes se habían torcido. Pero había muchas cosas que quería hacer.
De repente, vio que su vida pasaba más rápido de lo que había imaginado nunca. Y, en sus manos, no había ninguna de las cosas que soñaba tener.
No era capaz de dormir. Había días que no podía despertar.
En su libreta, acumulaba planes por cumplir. Mientras las hojas del calendario pasaban rápidamente.
Y no sabía por dónde empezar a caminar.
Necesitaba algo que le diera un poco de calma, un poco de paz, que no le hiciese sentir sola en cualquier parte. Que el tiempo respirase al mismo tiempo que ella.
Que su habitación se hiciera más grande y las paredes no se cayeran sobre ella. Que el silencio dejara de agobiar por todas partes. Que las mantas no pesaran. Que el colchón no se hundiera.
De repente, habían pasado demasiados años. Casi sin darse cuenta. Sin darse cuenta.
Tras ella, muchas vidas. Muchos lugares. Y nada al mismo tiempo. Ya no quedaba nada de todo aquello.
Porque nuestro pasado se acumula en nuestro presente. Y esto que tenemos ahora es lo que hemos hecho. Y parecía que nada de lo pasado tuviera ya sentido. Ya no existía. Tal vez, nunca existió…





Cansancio

24 08 2011

Estoy cansada. Después de todo este tiempo. Estoy cansada. No sé en qué momento mi vida empezó a caminar en círculos. A cambiar de lugar. De gente. De vida. Ahora tengo que volver a empezar. Tengo que volver a sacar energía para empezar. Tengo que sacar energía para pasar página. Para olvidarte o aprender a recordarte sin que la melancolía me invada. La tristeza de las despedidas. De que siempre todo se vaya. Que nadie se quede aquí.

Y mi única casa soy yo. Vivo de prestado. Vivo de paso. De un lado a otro. Pasan los años y nada es como debería ser. Y tengo que seguir sacando energía yo sola para seguir adelante.
Para volver a empezar.
Otro trabajo.
Trabajo temporal.
Otra vida pasajera.

No encontré mi lugar o quizás di por hecho que no lo era sin esforzarme en encontrarlo. Y al final todo pasa demasiado deprisa. El tiempo vuela. Pasan los años. Ya no sé cuál es mi sitio. Dónde está mi casa.

Al final tenías razón… sólo estaba de paso.





Días que se escapan de las manos…

5 08 2011




Con hoy es suficiente y mañana es demasiado

21 07 2011

En este caminar en círculos que es mi vida, volví aquí. Aquí todo es nuevo y viejo cada día, al mismo tiempo. Vivo en una casa que da la espalda a mi vieja casa. Intentando no ver los recuerdos a la cara, pero sin alejarme de lo que me sigue uniendo a este lugar. Y lo que ya no me une a él. Todo es viejo y nuevo a la vez.
Hoy parece que no queda nada de todo aquello. Aunque vengan reflejos, de vez en cuando. Noches en las que parece no haber pasado el tiempo…
Y ha pasado tanto… Cuatro años. Ya no somos las mismas personas. Aunque, a ratos, los recuerdos entren en mi habitación sin llamar a la puerta. Aunque huyas. Aunque me preguntes por qué he vuelto. Aunque me mires con miedo y me digas que te acuerdas de aquel momento.
Y seguí adelante. También aquí. Aquí donde ahora todo es diferente. Donde, por fin, después de tanto tiempo estoy bien. Y sé que ahora empieza el inicio de los últimos días. Las despedidas. Las maletas. Papeleos. Despedidas. Despedidas.
Y, otra vez, me tengo que marchar. Ya cuento los días sin querer que pasen. Pero pasan. Y crece el miedo. Dejar tantas cosas atrás da miedo. Volver a empezar da miedo.





Y después del ruido…

25 01 2011

Después del ruido, llega el silencio. Llega una nueva etapa. Se cerró el libro. El de las hojas que nunca pasaban. Ahora que ya terminó, al menos, queda el alivio de no tener que volver a terminar, otra vez.

Y, aunque este momento sea difícil, por fin, después de tantos años de ruido, puedo volver a ser yo.

I’m a big girl now!





Ruido

23 01 2011

…Cuando ya no queda ni el ruido





Volví a mi habitación desordenada…

22 01 2011

y echaba de menos este rincón en el que esconderme…





tiembla tu cuchara

19 10 2010

«… y hablas como si te hubiera preguntado
de quién te vengabas todo el tiempo que yo estuve a tu lado…»

Mi primera combustión, Love of lesbian





Te odio

6 10 2010

Te escribo dormida entre mis canciones y tus letras. Tirada en mi cama entre mi guitarra y tus canciones. Tu eco. Tu voz. Tu odio. El mío. Sin pensar en nada. Entre las ilusiones y la decepción. Entre la fuerza que sale de mí, a veces, sin saber por qué. Sin saber de dónde. Y, sin embargo, me gusta verme así. Estoy fuerte. Me siento fuerte. Aunque, a veces, viva entre la tristeza que llega algunos días sin avisar. Entre la luz de otoño que aún llega por mi ventana.

Me veo. Sigo. Sin que nadie me cuide… qué más da. No lo necesito. No lo quiero.

Estoy.

Soy.





Incendios de nieve

26 09 2010

…el miedo al fin cayó, al fin cedió.





consecuencias de un amor romántico

20 08 2010

Echo de menos sentirme a salvo. Sentirme protegida. Echo de menos unos brazos que me rodeen. Tus brazos. Los echo de menos. Creo que nunca te lo dije. Me gustan tus brazos. Los echo de menos. Tu forma de abrazarme. Me hacía sentir a salvo. Echo de menos sentirme a salvo.

Pero te tendré que dejar en el cajón de las cosas muertas. De los recuerdos que ya nunca serán. Junto a aquellos veranos en los que las noches no terminaban nunca. Junto a aquellas tardes tirados en cualquier lugar. Viendo la vida pasar.

Ya nunca más me volví a sentir a salvo. Pocas veces desapareció esta ansiedad. Es como estar siempre en un precipicio a punto de saltar. Pero no saltar nunca. Tener siempre dentro esa tensión… como si fuera a caer, como si me fueras a empujar.

Echo de menos cuando tus brazos me cogían. Me abrazaban. Cuando nos cuidábamos. Cuando te abrazaba. Cuando me escuchabas. Cuando no querías irte. Cuando no miraba a este abismo que hoy nos separa.

Ahora sólo puedo salvarme yo. Nunca debí esperar que otros lo hicieran. No me enseñaron a querer bien, me enseñaron a querer demasiado. Y ahora ya no sé cómo sentir la tranquilidad que sentía contigo, cuando tú me protegías. Es curioso sentir que la única persona que me ha protegido sea la misma que ahora me empuja a este precipicio. Los mismos brazos. Los que echo de menos.

Y entre tus reflejos ahí estás. Escapando. Te vas cada vez más lejos. Y yo intento protegerme, pero nunca me enseñaron a hacerlo. No sé cómo hacerlo. Estoy cansada de tus reflejos. De tus señales. De tus idas y venidas.

Voy a saltar. Y ya no espero que me salves…





Ansiedad

15 08 2010

Todo desordenado a tu alrededor y no ves nada. No ves nada. Ves todo. Todo. Todo inunda esta habitación. Y por dentro explotan las ganas de llorar. Los nervios. Te ahogas. Otra vez, ansiedad. Todo está desordenado. Como esta habitación. Llena de todo, vacía de todo. Quieres otra cosa y no puedes escapar. No sabes a dónde ir. Y por dentro explotan las ganas de llorar. De marchar. De tenerte que ir. De volver. De no llegar nunca a algún lugar. Soledad. Otra vez. Haces como que estás bien. Vuelven a ti las ganas de explotar. De salir, de llegar, de no tenerte que marchar. ¿Dónde se quedó aquel sentimiento de tranquilidad? ¿Dónde están las ganas de quedarse en algún lugar? De estar bien. De estar bien aquí, ahora, en este lugar. Sin la necesidad de estar con alguien. Sin sentir la soledad. Y haces como que todo está bien. Vuelven las ganas de explotar. Y lloras por dentro. Nervios. Ansiedad. Noches vacías. Días muertos. Ansiedad. ¿Por dónde empezar a caminar?





nos sobran los motivos

4 07 2010

Esta sala de espera sin esperanza,
Estas pilas de un timbre que se secó
Este helado de fresa de la venganza
Esta empresa de mudanza
Con los muebles del amor…

Joaquín Sabina, Nos sobran los motivos
(…para decir ¡con Dios!)





no voy

6 06 2010

es horrible el miedo incontenible…





Hasta que todo te encaje

31 05 2010

«Hasta que vuelva a creer,
hasta que todo te encaje.
Hasta que vuelva a desaparecer,
hasta que vuelva a creer,
hasta que todo te encaje.»

Quique González, Hasta que todo te encaje

¿Dónde existen amores que no cuesten trabajo?